La vuelta hacia una alimentación con productos naturales, que no sufran procesos industriales cada vez más agresivos, nos ha llevado a valorar la alimentación orgánica como parte de un proceso de promoción de la salud y de prevención de enfermedades tanto metabólicas como inmunológicas, entre las que se encuentran tanto obesidad, diabetes, enfermedades cardiovasculares, como cáncer y otros problemas inmunológicos, y ya existen varios estudios que así lo demuestran.
Hay que tener presente que nuestra salud está relacionada directamente con los alimentos que ingerimos: por lo tanto, una buena nutrición de las plantas y de los animales que forman parte de la mesa familiar, nos proporciona los elementos que necesitamos para la vida...Y en esto se basa la alimentación en base a productos orgánicos.
En ella se incluyen no sólo los vegetales sino también otros como carnes y leches, miel, e incluso hierbas aromáticas y curativas.
El cultivo de alimentos orgánicos utiliza técnicas de cultivo que mantienen la riqueza nutricional de la tierra y sigue los ciclos de la naturaleza: los vegetales así cultivados poseen minerales y vitaminas correspondientes a cada especie vegetal, maduran y acumulan nutrientes en forma natural; los animales utilizan sus raciones tradicionales, sin agregados de medicamentos como antibióticos y hormonas y cumplen con sus fases biológicas.
También evita el agregado de fertilizantes y plaguicidas químicos, que no sólo se depositan en las plantas y luego pasan al hombre, sino que su exceso, al no ser utilizados, pasan a las capas acuosas y puede alteran el eco-sistema, incluso a grandes distancias: mortandad directa de peces y otros organismos acuáticos, disminución de algas y otras especies que son fuente de alimentación de ellos.
Los alimentos que se obtienen con estos métodos contienen una mayor cantidad de nutrientes, desde los tradicionalmente conocidos como las vitaminas y los minerales, hasta aquellas sustancias como los fitonutrientes, elementos de origen vegetal, que nos protegen de radiaciones, contaminantes ambientales y conservantes agregados a los alimentos industrializados.
Los fitonutrientes son sustancias, en general de variados colores como los flavonoides y antocianatos, que se producen al final del crecimiento del vegetal: si la planta es recogida antes de la maduración completa, como sucede en general con los que encontramos habitualmente, su concentración disminuye y no pueden cumplir con sus efectos protectores.
Los alimentos orgánicos contienen enzimas propias que mejoran la inflamación intestinal y la digestión y absorción de los alimentos, que luego pasarán a la circulación para ser distribuídos por todas las células del organismo, donde son necesarios para cumplir con las necesidades metabólicas y funcionales: producción de proteínas, ácidos nucleicos, energía, hormonas, anticuerpos, neuropéptidos cerebrales: por lo tanto mejoran todas las funciones orgánicas.
Aporte nutricional de los productos orgánicos:
-mayor cantidad de Vitamina C, que aumenta la protección contra los resfríos, preserva dientes y encías, hay menor posibilidades de hemorragias, tiene acción protectora del aparato cardiovascular y del sistema inmunológico.
-más calcio, y una cantidad equilibrada de fósforo, fluor y sílice que ayudan a una mejor formación y mantenimiento de huesos y dientes, en todas las edades de la vida,
-se absorbe mejor el hierro, que favorece el transporte de oxígeno,
-además tienen mejor sabor y aroma, que son debidos a otras sustancias como los aceites esenciales, también relacionados con los procesos digestivos.
Nota escrita por la Dra.Elba Albertinazzi para Jardín Orgánico - Saludable por Naturaleza
Presidente de la Asociación Argentina de Médicos Naturistas