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Responsabilidad

¡Vamos a poner en marcha la Ley Basura Cero!

10/12/2013
¡Vamos a poner en marcha la Ley Basura Cero!
Cada día, la Ciudad de Buenos Aires genera más de 5.000 toneladas de basura que son enviadas a rellenos sanitarios ubicados en municipios vecinos.

Estos rellenos constituyen una fuente de contaminación del suelo, el agua y el aire. Por otro lado, al enterrar los residuos estamos derrochando valiosos materiales como plástico, papel y latas, que podrían reintroducirse al circuito productivo mediante su reciclado.



En el año 2005 la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires aprobó por unanimidad la Ley 1.854 de “Basura Cero” impulsada por Greenpeace, la que comenzó a implementarse durante 2007. Lamentablemente, el gobierno de la Ciudad desconoce la Ley y a nombre de “Basura Cero” intenta perpetuar un sistema de gestión de residuos contaminante, basado en el enterramiento masivo de basura y en la incineración.



La Ley 1.854 establece la obligación de reducir, para el año 2010, en un 30%  la basura que se envía a los rellenos sanitarios. El primer eslabón para llegar a esta meta es la correcta separación de los residuos allí donde se generan. Por eso si queremos alcanzar ese objetivo debemos promover una correcta y responsable conducta de los habitantes de la Ciudad. Los objetivos de “Basura Cero” sólo serán alcanzados con el esfuerzo solidario de todos los sectores.



El proyecto de gestión de residuos del actual Gobierno porteño no conduce a solucionar el problema de la basura, solo lleva a la creación de más rellenos en el Conurbano Bonaerense. Desde el Gobierno de la Ciudad no se están haciendo los esfuerzos necesarios para cumplir con las metas de la Ley e, injustamente, se responsabiliza a los vecinos por el “fracaso” de la misma.
Pero
vos si podés colaborar con la implementación de la Ley de Basura Cero separando los residuos en origen y utilizando correctamente los contenedores diferenciados de la vía pública.



El sistema de gestión de residuos contemplado en la Ley incluye:



La separación en origen: prevé la separación domiciliaria entre residuos secos y húmedos ( Ver instructivo debajo)



La contenerización: instalación de contenedores para residuos húmedos y secos en toda la Ciudad.



La recolección diferenciada: llevada a cabo por las empresas recolectoras de residuos contratadas por la Ciudad.
Una vez realizada la recolección diferenciada, los residuos secos son llevados a los centros de selección, conocidos como centros verdes. En ellos, se prevé que los materiales reciclables sean clasificados y acondicionados para su venta a plantas de reciclaje.



Todas las etapas del sistema propuesto por la Ley son claves para el éxito del plan de Basura cero, ya que evitan que los distintos tipos de residuos se mezclen y contaminen entre sí. Manteniendo los materiales separados y limpios aumenta considerablemente el porcentaje recuperable y disminuye lo que se entierra.



El primer eslabón de Basura Cero es la correcta separación de los residuos allí donde se generan. Por eso Greenpeace quiere promover una correcta y responsable conducta de los habitantes de la Ciudad, al mismo tiempo que reclama por el cumplimiento de sus responsabilidades al Gobierno y al sector comercial. Los objetivos de Basura cero sólo serán alcanzados con un esfuerzo solidario de todos los sectores.



Greenpeace exige al Gobierno porteño la plena implementación de la Ley “Basura Cero”;  la contenerización diferenciada del 100% de la Ciudad y la realización de una campaña masiva de educación que guíe a los vecinos en la separación de residuos en origen y en el correcto uso de los contenedores. 



Las demoras en la aplicación de esta Ley son enormes y atentan directamente al cumplimientote la misma. “Basura Cero” permite compatibilizar virtuosamente economía, trabajo y limpieza ya que ofrece una solución para la crisis en la que se encuentran los rellenos sanitarios; genera una actividad económica que demanda una importante mano de obra y crea un circuito de materiales y energía eficiente y ambientalmente sustentable.

Fuente: Greenpeace

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